LO FEO DE LA BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO: NO DEJARSE PERDONAR DIJO EL PAPA FRANCISCO
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EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA EN ESPAÑOL
(Fuente: Radio Vaticana)
"Existe esta gran maravilla, este sacerdocio de Jesús en tres etapas –
aquella en la que perdona los pecados, una vez para siempre; aquella en
la que intercede ahora por nosotros; y aquella que sucederá cuando Él
volverá – pero también está lo contrario, ‘la imperdonable blasfemia’.
Es duro escuchar decir a Jesús estas cosas, pero Él lo dice y si Él lo
dice es verdad. ‘En verdad les digo: todo será perdonado a los hijos de
los hombres – y nosotros sabemos que el Señor perdona todos si nosotros
abrimos un poco el corazón. ¡Todo! – los pecados y también todas las
blasfemias que dirán – ¡también las blasfemias serán perdonadas! – pero
quien habrá blasfemado contra el Espíritu Santo no será perdonado
eternamente’”.
"También Jesús, como Sumo Sacerdote recibió esta
unción. ¿Y cuál fue la primera unción? La carne de María con la obra del
Espíritu Santo. Y aquel que blasfema sobre esto, blasfema sobre el
fundamento del amor de Dios, que es la redención, la re-creación;
blasfema sobre el sacerdocio de Cristo. ‘Pero ¡qué malo!, ¿el Señor no
perdona?’ – ‘¡No! ¡El Señor perdona todo! Pero al que dice estas cosas
se le cierra el perdón. ¡No quiere ser perdonado! ¡No se deja
perdonar!’. Esto es lo feo de la blasfemia contra el Espíritu Santo: no
dejarse perdonar, porque reniega la unción sacerdotal de Jesús, que hizo
el Espíritu Santo”.
"Hoy nos hará bien, durante la Misa, pensar
que aquí, en el altar, se hace memoria viva del primer sacerdocio de
Jesús, porque Él estará presente aquí, cuando ofrece su vida por
nosotros; también está la memoria viva del segundo sacerdocio, porque Él
rezará aquí; y también, en esta Misa – lo diremos después en el
Padrenuestro – está el tercer sacerdocio de Jesús, cuando Él volverá,
nuestra esperanza de la gloria. En esta Misa pensemos en estas cosas
bellas. Y pidamos al Señor la gracia de que nuestro corazón no se cierre
jamás, ¡no se cierre jamás! – pensemos en esta maravilla, en esta gran
gratuidad”.