jueves, 21 de enero de 2016

JESÚS ¿DONDE MÁS PODÍA NACER, SINO EN EL VIENTRE PURO DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA? 

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La Virgen María estaba destinada a ser el Templo santo. jardín de rosas, vientre inmaculado que cobijaría al Salvador de la humanidad. Para ser la Madre del Salvador, como nos recuerda el catecismo de la Iglesia (490) María fue "dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante". El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda como "llena de gracia". En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios.

A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María "llena de gracia" por Dios, (Lc 1, 28) había sido redimida desde su concepción. Es lo que confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por el Papa Pío IX:

La siempre pura y Virgen María por eso fue preservada de toda mancha de pecado, desde el momento de la concepción. Fue bendecida por Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano.

La santa Catalina de Enmerick en sus visiones que Dios le concedió, cuando se refiere a ese momento del proceso de Gracia bajo cuidados sobrenaturales entre los padres de La Virgen María, Joaquín y Ana, nos narra algunos extractos que recogemos y lo compartimos con ustedes:

"Bajo el pecho de Santa Ana vi un espacio luminoso, más o menos de la forma de un cáliz, en el que se desarrollaba y crecía la res­plandeciente forma de un bebé. Tenía las manitas cruzadas sobre el pecho, y de allí partían incontables rayos hacia una parte del mundo. Me chocó que no ocurriera igual en todas direcciones.

Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano’.
Joaquín y Ana se habían encontra­do en la sala bajo la Puerta Dorada en una hora dora­da; que había sido allí donde recibieron aquella pleni­tud de la Divina Gracia por cuya consecuencia, y sólo por santa obediencia y puro amor de Dios, sin mácula alguna de sus padres, recibió el ser bajo el corazón de su madre ". Catalina de Enmerick también nos relata este pasaje: "Vi a Joaquín y Ana bajo la Puerta Dorada, es decir en la sala subterránea debajo de ella, rodeados de multitud de ángeles con Luz celestial. Ellos mismos estaban puros y deslumbrantes como espíritus, en un estado sobrenatural como nunca antes de ellos alcan­zó jamás pareja humana".

Catalina cuenta que la Virgen María ya en edad madura contaba a sus amigas de confianza, el proceso de Gracia de su concepción. "Muchas veces oigo cómo la Virgen cuenta a mujeres de su confianza como Juana Cusa y Susana de Jerusa­lén, muy diversos misterios de Nuestro Señor y de Ella misma, Misterios que sabe, unos por íntimo conoci­miento, y otros por habérselos contado Santa Ana su madre. Así, hoy la oí contar a Marta y Susana que mientras llevaba a Nuestro Señor bajo Su corazón, no había sentido la más mínima molestia sino un infinito gozo y dicha interior."

En conclusión la Virgen María ha permanecido pura de todo pecado personal, a lo largo de toda su vida que incluye los momentos del parto y después del parto. María nunca pecó y ella es un camino santo para llevarnos donde su Hijo Jesús. Por eso en el rito latino de la Iglesia Católica la Solemnidad de la Inmaculada Concepción,  celebramos hoy 8 de diciembre la Inmaculada Concepción.

La Virgen María nos invita hoy a consagrarnos individualmente a su Corazón Inmaculado, para vivir por medio de ella la conversión interior requerida por el Evangelio, para sacudirnos de nuestros egoísmos y de los apegos de la carne y del mundo.

Que pongamos en práctica los deseos de nuestra Madre María para estar unidos a los Corazones Inmaculados de Jesús y María.


Publicado en Facebook de Pepe Galep el 08.12.2015