viernes, 1 de abril de 2016

LA EUCARISTÍA Y EL ENCUENTRO CON JESÚS 

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A lo largo de la Historia Sagrada la adoración, la alabanza y la Gloria de Dios se reflejan en la forma de dar respuesta a la pregunta de Dios y que Jesús lo mencionara “¿Y quién dices tú que soy yo?"

Cuando leemos las visiones de Catalina de Emmerick señalando que vio a Pedro haciendo la primera misa con sus ministros Juan y Santiago el Menor en el cenáculo, en la misma forma que había visto a Jesús instituir el Sacramento de la Eucaristía, hacerlo con todos los elementos, utensilios y vestimenta para dar un acto sagrado de participación en la misa nos hace reflexionar sobre aquellos momentos de veneración y santidad. Sin embargo, nos llama la atención que Pedro con vestimenta de Obispo comulga como celebrante y después a la primera que hace comulgar es a la Virgen María, luego a sus apóstoles y 6 discípulos que se ordenaban como sacerdotes y todos comulgaban hincándose o inclinándose ante la presencia viva y real de Jesús.

Es que la forma de adorar a Dios significa " me postro ante Ti Rey de Reyes y me muestro como tu siervo", de esta manera es que le decimos a Dios con todo el corazón, con toda la mente, con toda la emoción y con todo el ser, como hombre entero interior y exterior, lo que es Dios para nosotros.
El hombre siempre se ha inclinado en señal de reconocimiento, adoración y de servicio ante Dios, lo hizo Moisés, Josué, David. Los pueblos de Dios y lo enseñó la Virgen María, lo señala Pablo a los Corintios y fundamentalmente Jesús en Genesaret se arrodilló ante Dios Padre Creador y reprochó a sus apóstoles por no hacer lo mismo enseñándonos después que toda adoración y adoración Eucarística debemos hacerla en espíritu y en Verdad.

El Papa Francisco nos hace recordar que la misa es Eucarística por excelencia y es el encuentro con Él porque estamos ante la presencia misma de Jesús- Inclusive va más allá, “Si cada uno de nosotros no se siente necesitado de la misericordia de Dios, no se siente pecador, es mejor que no vaya a Misa” Todos vamos a Misa porque amamos a Jesús y queremos compartir su pasión y su resurrección en la Eucaristía. Soy pecador, me confieso. ¡Así empieza la Misa! “la Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos”.

El papa Francisco hoy nos recuerda: “Nutrirnos de aquel ‘Pan de vida’ significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho”.
Por eso responder a Dios lo que es para nosotros depende de nuestra relación con El, con más interioridad espiritual que con mera religiosidad, conocimiento catequético o teológico. Los Santos que amaron la Eucaristía nos los han demostrado lo que significaba Dios para sus vidas.

Que la Virgen María interceda para que lo adoremos en la misa en espíritu y en verdad y que nos conceda el don de la adoración.

PUBLICADO EN FACEBOOK DE PEPE GALEP EL 16.08.2015