domingo, 16 de agosto de 2015


EL ESPÍRITU DE CRISTO Y EL ESPÍRITU DE JUDAS EN LA IGLESIA EN ESTOS TIEMPOS.

Visita la Web: www.sincomponenda.org


Siempre hemos afirmado, que la primera vocación que debe existir en todo bautizado, es la vocación a Dios, para de allí inclinarse a servir a través de una orden religiosa congregacional, según los carismas de dichas instituciones; o como laico con una primera vocación a Dios, simplemente tener el llamado al matrimonio. Todo esto es una pedagogía cristiana que no la tratamos ahora.
Sin embargo, muchos que se inclinan por el sacerdocio o su ministerio con buenas intenciones o devoción primaria, van cediendo a las tentaciones del mundo, de la carne y del demonio, para terminar con un espíritu de Judas, que sabemos éste recibió todas las gracias de los demás apóstoles, se quedó en la Última cena pero ya pensaba en traicionar, porque el demonio dominaba en su mente y en su corazón.
Pues bien, en nuestra Iglesia hay sacerdotes, obispos y cardenales que lejos de mantener el Espíritu Triunfante de Cristo, se quedan en la Iglesia para dar un zarpazo maléfico movido por una masonería demoniaca, que mueve a algunos a traicionar a la Iglesia. Suena increíble, pero es la verdad.

Catalina Emmerick nos da esta profecía y así la vio en visión:
"Vi al Papa en oración, estaba rodeado de amigos falsos, que aparentemente hacían lo contrario de lo que el decía. Vi al Santo Padre en una gran tribulación, y en una gran angustia que afectaba a la Iglesia. Lo vi rodeado de traidores. Ellos querían quitar al Pastor del pasto que le pertenece, ellos querían imponer a uno que entregue todo a los enemigos. Enseguida vi que cuando ellos introducían al Obispo, en la forma en que ellos se lo habían propuesto, -después de haberlo elegido en el supuesto proceso democrático- él era un intruso introducido contra la voluntad del Papa, y no poseía legítimamente la autoridad espiritual"

Esta profecía nos dice claramente que en algún momento habrán dos papas, uno legítimo y otro ilegítimo. Por eso cuidemos y estemos vigilante en oración para interceder a tiempo y destiempo por nuestro Papa Francisco, que tiene el Espíritu de Cristo y está renovando la Iglesia con la fuerza interior que desde el cielo recibe; oremos también por nuestros sacerdotes ,obispos y cardenales para que sigan firmes en la Fe, y respaldando a nuestra Iglesia y así resistir las tentaciones e insinuaciones de aquellos que tienen un espíritu de Judas, apartados de la Palabra y de la doctrina de la Iglesia.