viernes, 28 de agosto de 2015


FIESTA DE SAN AGUSTÍN
Doctor de la Iglesia.

Visita la Web: www.sincomponenda.org



San Agustin nació en Africa en el año 354, hijo de Patricio y Santa Mónica. Tuvo un hermano y una hermana, y todos ellos recibieron una educación cristiana por parte de su madre.
Conforme iba creciendo, San Agustín se iba alejando de la Fe. Es así que a los dieciséis años ya se encontraba muy sumergido en las ideas paganas y en varios pecados de impureza. A los diecisiete convivió con una mujer cartaginesa durante aproximadamente 14 años, con la cual tuvo un hijo. Adeodatus, su hijo, murió a los 20 años.

San Agustín tenía un ardiente deseo de buscar la verdad, por lo que se sumergió en diversas corrientes filosóficas y sectas. De este modo, a los 28 años se unió a la secta de los Maniqueos. Años después, viaja a Roma y se mueve en círculos neoplatónicos hasta que conoció a San Ambrosio, obispo de Italia en ese entonces, quien lo ilustró en el cristianismo y así San Agustín volvió a tener interés por la religión cristiana.

El regreso de San Agustín al cristianismo, fue por la gracia de Dios y por la poderosa intercesión de su madre quien oró por la conversión de su hijo durante muchos años.

Las epístolas de San Pablo, le sirvieron a San Agustín para orientar su corazón hacia la verdad de la fe Católica. San Agustín deseaba ser puro, pero él le manifestaba a Dios: “Hazme puro, pero aún no”. Un día cuando San Agustín estaba en el jardín orando a Dios para que lo ayudara con la pureza, se sintió inspirado a abrir su Biblia al azar, y leyó lo primero que llego a su vista. Abrió en la carta de San Pablo a los Romanos capítulo 13: “nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos (…) revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias.” A partir de ese momento, decidió permanecer casto por el resto de su vida. En el año 387, San Agustín fue bautizado en la Fe Católica.

San Agustín regresó a África y deseaba tener la vida de un monje; sin embargo, el Señor tenía otros planes para él. Un día que fue a Hipona, el Obispo, quien lo vio allí, habló sobre la necesidad de un sacerdote que lo asistiera. La congregación comenzó de esa manera a clamar por la ordenación de San Agustín, pero él no lo deseaba y se resistía y les rogaba que no le pidiesen aquello; sin embargo, terminó viendo en todo esto la voluntad de Dios. De este modo dio lugar a su ordenación. Cinco años después fue nombrado Obispo.

El amor de San Agustín hacia la verdad, lo llevaba a enfrentarse a diversas sectas. Escribió más de cien libros, siendo su libro más famoso: Confesiones. Además, escribió acerca de la función de la gracia de Dios en nuestra salvación.

El Papa Francisco, en el año 2013 en su homilía, reflexionó sobre 3 inquietudes que vivió San Agustín. La primera, la inquietud de la búsqueda espiritual pues él iba buscando durante su vida la verdad, el sentido de la vida, el rostro de Dios y de este modo descubre a Dios quien nunca había dejado de buscarle primero. La segunda, la inquietud del encuentro con Dios puesto que una vez que descubre a Dios, no se queda allí sino que continúa el camino y su corazón anhela conocerlo más para hacerlo conocer a otros. Y por último, la inquietud del amor, la cual la recibió de su madre, por lo que buscaba sin descanso el bien del otro, el bien del pueblo, todo por amor.